Vélez-Blanco es un pequeño pueblo cargado de verdaderas maravillas, entre ellas, recorridos culturales, monumentos naturales y una deliciosa gastronomía.
Destaca su gran influencia árabe, ya que, en el siglo XVIII, los musulmanes hicieron vida en estas tierras y construyeron una Alcazaba que luego se demolería y se transformaría en el popular Castillo de los Marqueses de los Vélez. Esta influencia sigue latente en su gastronomía sobre todo.
Visitar Vélez-Blanco es casi una obligación, pero si necesitas motivos para hacerlo, aquí te dejamos 10 razones:
- Gastronomía. Como hemos comentado anteriormente, la gastronomía de este rincón de Almería tiene influencias árabes marcadas, pero también platos típicos de la cultura del lugar que reflejan el estilo de vida de antaño. Uno de sus platos más típicos son las sabrosas migas, una comida tradicionalmente campesina que se sirve de diversas maneras, entre ellas con uvas, tomate crudo y aceitunas picadas (que a su vez estas están aliñadas con romero, tomillo y naranja). También destacan los deliciosos gurullos con perdiz o liebre y los mantecados dormidos, entre otros postres que estamos seguros que al probarlos querrás regresar a Vélez-Blanco.
- Patrimonios de la humanidad. Una de las principales características de Vélez-Blanco son sus pinturas rupestres encontradas por Julián Martínez García que fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad. Entre ellas están: Abrigo de las Tejeras, Abrigo de las Colmenas, Abrigos del Estrecho de Santonge, Abrigo de Gabar, Abrigo de los lavaderos de Tello, entre muchos otros más.
- Cueva de Ambrosio. Si tienes planeado visitar Vélez-Blanco no puedes dejar de incluir en tu ruta la Cueva de Ambrosio, un yacimiento arqueológico que se encuentra situado a 1.083 metros de altitud. Se trata de un abrigo rocoso que constituye uno de los yacimientos solutrenses más importantes por los materiales que se han recuperado allí.
- Tierra de ríos. Vélez-Blanco es un territorio rico en aguas. Estas vierten en el río Segura y también en el Guadalquivir, a través de la cañada del salar.
- Su gente. Aunque cuenta con pocos habitantes, cuando visitas Vélez-Blanco pronto te das cuenta de que hay algo. especial en su gente: su calidez. Vengas de donde vengas, se preocupan por hacer sentir como en casa a todo el que llegue.
- La grandeza de sus castillos. Vélez-Blanco cuenta con hermosos castillos patrimonio de la humanidad, pero no podemos dejar de destacar también la Iglesia de Santiago, el Covento de San Luis y la Cueva de los Letreros, lugares fascinantes por sus historias.
- Casas rurales. Si te gusta disfrutar del turismo rural, Vélez-Blanco es el sitio indicado para ti, por la gran oferta de casas rurales, que mantienen el encanto de la tradición del lugar, pero adaptadas con todas las comodidades.
- Festival de Música Renacentista y Barroca. Se trata de uno de los festivales más esperados cada año. Cuenta con una agenda muy apretada que incluye academia de música, seminarios de historia y conferencias, entre otros. Se suele hacer todos los veranos.
- Festivales culinarios: Normalmente se hacen una o dos veces al año. Uno de ellos es «Renacer del Arte Culinario», que se realiza de manera paralela al Festival de Música renacentista y es su manera de dar a conocer su amplia y deliciosa gastronomía.
- Calles con encanto. La historia, la cultura y sus extraordinarios paisajes son una constante de las calles de este rincón de Almería, donde siempre querrás volver.