Cómo practicar mindfulness mientras viajas

Optimizamos. Maximizamos. Hacemos estrategias. No importa dónde estemos viajando -ciudad o país, norte o sur, internacional o nacional-, cargamos nuestros días de experiencias. Todas las comidas. Todas las excursiones. Siempre lo queremos todo.

¿Y si pudiéramos hacer menos cosas y disfrutarlas más? En concreto, ¿qué pasaría si adoptáramos la conciencia plena para apreciar mejor nuestro tiempo? La clave es reducir la velocidad y ser más conscientes, también cuando viajamos. Esto mejora la experiencia y nos permite saborear cada momento.

  1. Establece intenciones. El mindfulness empieza antes del viaje», cuando el viaje es aún sólo un destello en tus ojos, piensa en lo que quieres conseguir con esa experiencia, establece una intención. ¿Para qué es este viaje? ¿Es para relajarte? ¿Para pasar tiempo con tu pareja? ¿Explorar? No hay respuestas erróneas, sólo tienes que centrarte en lo que quieres.
  2. Planifica. Asegúrate de que todo lo que necesitas estás controlado. Una vez que hayas resuelto la logística, céntrate en la idea de que ya estás en tu camino hacia el zen.
  3. Haz una pausa a menudo. Tómate el tiempo necesario para sumergirte en el lugar en el que estás. Presta atención a tu entorno. Y cuando la mente se aleje de forma natural y piense en el equipaje o en el horario del autobús, devuélvela suavemente.
  4. Saborea. Aprovecha los cinco sentidos. ¿Qué fragancias hay en la zona? ¿Qué notas cuando miras por la ventana? ¿Cómo es tu entorno?
  5. Conecta. Esto puede significar conectar con tu compañero de viaje, conectar con nuevos amigos o conectar con los lugareños. Si quieres ir a una aventura o encontrar un nuevo restaurante, intenta conectar con personas antes de buscar en Google. Habla con alguien en la cafetería local y pregúntale qué te recomienda.
  6. Encuentra el equilibrio. Alterna la aventura con la relajación. Por ejemplo, si viajas en grupo, pasa una tarde en solitario.
  7. Practica la gratitud. Viajar es un privilegio. Una de las mejores maneras de practicar la atención plena es darse cuenta de lo afortunado que eres.

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